El narcotráfico en la bahía de Algeciras se ha convertido en una cuestión de primer orden.  Una bomba de relojería para la zona. 

 

Falta de perspectivas laborales y personales, conflictividad social y un negocio ilícito con grandes beneficios. Es el caldo de cultivo que están padeciendo muchas ciudades del sur de España, entre ellas La Linea en Cádiz, donde el desempleo juvenil ronda el 70%.

No es un fenómeno nuevo. “La violencia juvenil y el crimen están fuertemente asociados a la falta de empleo y la deserción escolar”, según el director de la OIT en América Latina José Manuel Salazar. Una región que conoce profundamente la conexión entre desempleo juvenil y crimen organizado. En España, la situación se ha vuelto insostenible en zonas como La Linea o Campo de Gibraltar donde incluso, aquellas personas vinculadas con el tráfico de estupefacientes gozan de una gran connivencia con la sociedad.

No es de extrañar sabiendo que si la operación sale bien, los informadores pueden cobrar entre 1.000 y 2.000 euros; los ‘paqueteros’ entre 2.000 y 3.000 euros, y los pilotos de las narcolanchas y conductores de todoterrenos, alrededor de 30.000 euros. Un dinero fácil que los jóvenes muchas veces no rechazan y que ha hecho que, incluso uno de los sindicatos mayoritarios de la Guardia Civil, advirtiese de que las bandas cuentan con “legiones de jóvenes” para sus actividades delictivas. «Esta gente puede pagar sueldos que ni una multinacional podría pagar a sus ejecutivos«, reconocieron desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).

Incluso el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido salió a la palestra hace unos días confirmando refuerzos policiales tras los recientes incidentes. Pero el ministro advirtió que la llegada de nuevos agentes tenía que venir acompañada de un plan de choque para reducir las altas tasas de desempleo juvenil en la zona. En la misma línea se expresó la Plataforma Social Campo Gibraltar, que demandó una mejora de la seguridad en la zona, asociada con un plan global que dé respuesta a las carencias sociales existentes.

Lo cierto es que es un fenómeno que parece que ha calado hondo a parte de la población de Algeciras, ya que se calcula que hasta 3.000 personas están relacionadas directa o indirectamente con estas actividades. Gran parte de ellas jóvenes que no tienen nada que perder y sí mucho que ganar.

Foto de portada: Mauro Mancebo. El Español