La Declaración de Ankara establece como meta para 2025 rebajar en un 15% la proporción de jóvenes en riesgo de quedar fuera del mercado laboral

Los ministros de Trabajo de los 20 países más desarrollados del mundo acordaron avanzar de la mano hacia un futuro de mayor empleo para los jóvenes y de mayor calidad. Con la mirada puesta en 2025, los responsables gubernamentales firmaron en la capital turca la Declaración de Ankara, que recoge su compromiso para priorizar el crecimiento del empleo mediante la capacitación de los jóvenes con escasa formación, los que no tienen trabajo ni estudian y aquellos que están ocupados en el sector informal. El objetivo es que en los próximos diez años se reduzca en un 15% la proporción de jóvenes en riesgo de quedar fuera del mercado de trabajo y en un 25% la brecha de género en las tasas de participación laboral.

“Reducir las desigualdades es importante para conseguir un mayor crecimiento económico y es una prioridad nuestra para crear mejores empleos y tener sociedades más inclusivas”, señala el documento presentado por el titular turco de Trabajo, Ahmet Erdem. “El crecimiento económico en muchos países miembros del G20 ha sido insuficiente para recuperar el empleo perdido a causa de la crisis financiera de 2008”, reconoce la declaración antes de plantear que “necesitamos políticas que fomenten el empleo a la vez que refuercen la calidad del trabajo, respetando los derechos fundamentales de los trabajadores y reduciendo la desigualdad y la informalidad”.

Con este texto, los ministros quieren sugerir a los líderes del G20, que se reunirán el 15 y 16 de noviembre próximos en Antalya, en el sur de Turquía, que inviertan más fondos en recursos humanos y que reduzcan la proporción del desempleo entre los jóvenes, que sigue siendo preocupante.