La cultura del autoempleo cala hondo entre los jóvenes, motivados por la falta de empleo o por las ganas de dar alas a sus propias ideas

Si el lema de los años setenta fue el ‘do it yourself’, la última crisis económica ha hecho resurgir este eslogan de filosofía punk entre las nuevas generaciones, acuciadas por el paro. El emprendizaje y el autoempleo se han convertido en una forma de poner en práctica sus propias ideas y entrar a formar parte del mercado laboral. Cuatro jóvenes que han decidido lanzarse a la aventura de montar un negocio nos cuentan cómo dieron forma a su idea hasta hacerla realidad. Ejemplos de que la necesidad y/o la vocación han empujado a que nos encontremos entre la generación de jóvenes más emprendedora de la historia.

 

María Ribate – 31 años
Responsable de Marketing y Comunicación en Bibóo Ebikes

De pequeña, María Ribate, quería ser periodista, actriz y otras muchas cosas, pero tenía claro que quería estudiar Administración y Dirección de Empresas y dedicarse al mundo de la empresa, asegura esta joven gernikarra de 31 años que trabaja como responsable de Marketing y Comunicación en Bibóo Ebikes, dedicada a la fabricación y comercialización de bicicletas eléctricas.

Hasta la fecha, Ribate había trabajado por cuenta ajena.»Todas las experiencias laborales que he tenido han sido buenas y en todas ellas he aprendido mucho», indica, si bien «siempre» tuvo la inquietud de emprender. «Me rondaba por la cabeza la idea de emprender un negocio propio y se juntaron una serie de factores que hicieron que fuese el momento perfecto», explica. En aquel momento vivía en Barcelona después de haber estado una temporada en otros lugares, pero decidió regresar para «lanzarse a la aventura» junto con el equipo original con el que formó esta empresa. «Uno de los socios tiene una larga experiencia en el sector de las bicicletas y todos somos amantes de este mundo. Después de viajar a Alemania, a la Eurobike, la feria más importante del sector a nivel europeo, lo vimos claro y creamos Bibóo», rememora.

Bibóo Bike aseguran estar sintiéndose “arropados” en esta aventura y están «muy agradecidos” por el apoyo recibido por parte de la Diputación Foral de Bizkaia y de la Cámara de Comercio de Bilbao, así como de empresas relacionadas, personas individuales y distintos medios de comunicación. Ser seleccionados para el encuentro B-Venture de El Correo nos ha permitido tener visibilidad e ir creando marca, de forma que ya han surgido primeras sinergias», destaca.

No obstante, Ribate advierte que emprender «no es un camino de rosas y hemos encontrado y encontramos aún obstáculos en el camino». El primer reto que se presentaba era entrar en un sector y mercado nuevos, el de las bicicletas eléctricas. Llegar al cliente final con un producto bueno y una estrategia de marketing tanto online como offline y con un trabajo comercial importante era otro de los objetivos. Y por último pero no menos importante, conseguir financiación. “Con trabajo e ilusión todos estos obstáculos se superan», subraya.

 

Óscar Villanueva Cañizares – 36 años
Cofundador de Arrecife Energy Systems

Óscar Villanueva no recuerda bien qué quería ser cuando fuese mayor, «probablemente bombero o algo relacionado con el deporte y la naturaleza», aunque según fue creciendo le interesó mucho el mundo de la ingeniería industrial y las empresas, por lo que para él era un camino natural el de fundar la suya propia junto con otros socios. Así nació Arrecife Energy Systems, una empresa dedicada a la transformación de la energía de las olas y corrientes en electricidad.

El bagaje de haber trabajado en una gran empresa energética le sirvió como aprendizaje a la hora de abordar la aventura en solitario. «Mis socios cofundadores y yo llevamos años con varios proyectos en mente y fuimos abordando uno tras otro hasta dar con el que pudiera generar un negocio sostenible a largo plazo. Cuando lo encontramos, nos lanzamos a ello», explica. Su motivación principal fue «poder decidir tu futuro y el de tu compañía, poder pensar y decidir y no simplemente ejecutar órdenes. La innovación intrínseca y la agilidad de decisión es otra palanca que hace que te aventures a emprender».

La idea, confiesa, se le ocurrió a José Javier Doria, uno de los cofundadores. «Iñigo Doria y yo recogimos el testigo de esa genial idea que tiene el potencial para cambiar el mundo de la generación renovable marina y la transformamos en una realidad empresarial», añade. Aunque su balance es positivo, reconoce que se han encontrado trabas desde el punto de vista burocrático, de financiación y acceso al capital e inversión, pero han recibido apoyo de la Diputación Foral de Bizkaia y del Gobierno Vasco. «El resto ha sido fruto del esfuerzo del equipo, de la participación en aceleradoras de start-ups, incubadoras y competiciones, ganando premios, tanto en España, Europa como en Estados Unidos, donde estamos actualmente y el proyecto gusta mucho», asegura Villanueva.

 

Zaloa Urrutikoetxea Portugal – 36 años
CEO en Taskia

En el centro, Zaloa Urrutikoetxea con su equipo

Para Zaloa Urrutikoetxea es la segunda vez que monta desde cero una empresa. Con 27 años, esta ingeniera de Telecomunicaciones trabajaba en una empresa del parque tecnológico de Zamudio que le propuso irse a Argentina a dirigir y crear desde cero la filial de la empresa para América Latina. Fue en ese país donde lanzó Ialcubo, una empresa que desarrollaba experiencias interactivas aplicadas a la educación, la cultura y el marketing. “Argentina era un mercado poco maduro en las tecnologías que empleábamos por lo que conseguimos muy buen impacto con nuestros proyectos y clientes muy importantes”, destaca. Sin embargo, la maternidad incrementó sus ganas de “volver a mi tierra y vivir en un pueblo en lugar de una gran ciudad como es Buenos Aires y hace cuatro años que me mudé con mi marido y mi hija a Basauri”, indica. Una vez en de vuelta en Bizkaia, “ni la competencia ni el mercado eran los adecuados para continuar con Ialcubo, por lo que estuve trabajando por cuenta ajena algo más de un año., pero una vez que has emprendido cuesta mucho volver a estar por cuenta ajena”, cuenta, por lo que hace casi dos años decidió poner en marcha Taskia, una plataforma de economía colaborativa para la contratación de servicios domésticos.

“Hasta ahora hemos funcionado con el capital que hemos aportado los socios. Durante 2018 tenemos pensado solicitar ayudas públicas, además de buscar financiación privada”, avanza, puesto que Taskia es un proyecto de volumen. “Nuestro modelo de negocio es llevarnos una comisión por las transacciones que se realicen, por lo que necesitamos que se realicen miles de transacciones al mes hasta llegar a ser rentables. Es un negocio que tardará unos 3 ó 4 años en ser rentable y va a necesitar de inversión mientras tanto”, explica.

 

Iñaki Pertusa – 34 años
Socio en DeciData

Aunque siempre pensó en realizar alguna labor ligada a la medicina, en su formación se fue dirigiendo de manera inconsciente hacia la ingeniería. “Al final me he especializado completamente en la gestión de empresas, así que de lo que quería ser a lo que soy hay un mundo”, destaca Iñaki Pertusa, socio en DeciData S.L., una consultoría que ayuda a sus clientes a convertirse en empresas basadas en datos a través de la aplicación del Big Data y la Analítica Avanzada a la toma de decisiones.

En su caso, llevaba más de ocho años trabajando en el mundo de la consultoría estratégica. “La experiencia fue muy positiva ya que me ayudó a dotarme de una metodología de trabajo, a tener siempre una orientación al logro y a aprender a trabajar en equipo. Competencias que he podido aplicar en mi empresa actual. Asimismo, el trabajar en proyectos diferentes, en empresas muy diversas y a distintos niveles de responsabilidad me ha aportado un buen conocimiento de cómo funciona una organización”, comenta.

Como todas las decisiones en la vida, se juntaron una serie de circunstancias y factores ligados al azar, que hicieron que cristalizase la aventura de emprender, explica. “En primer lugar, pocos meses antes de lanzarme había terminado un EMBA en el IESE, una de las mejores escuelas de negocio del mundo. Durante todo el programa discutes y analizas proyectos muy interesantes, lo que te hace reflexionar sobre lo que realmente haces y lo que te gustaría estar haciendo. En segundo lugar, tenía una situación en mi empresa en la que resultaba muy difícil continuar progresando y adquirir mayores responsabilidades. Y tercero, la suerte de que en ese momento uno de mis actuales socios, Pedro Ruiz Aldasoro, acabara de terminar otro proyecto empresarial y me contactara para discutir una idea que luego ha acabado convirtiéndose en DeciData. Fue él quien tuvo la visión de apostar por un cambio en la forma en la que se toman las decisiones en las empresas”, rememora.

La clave del éxito de DeciData es su equipo. “Sin el trabajo, muchas veces desinteresado, de todos ellos, hoy no podríamos seguir peleando por convertirnos en una empresa referente en la Analítica Avanzada. Además, el apoyo y la confianza de nuestros clientes ha permitido que la financiación de la empresa esté 100% en manos de los socios y nos permite gestionar nuestro crecimiento de manera orgánica”, agradece Pertusa.

 

-¿Qué os parecen las incubadoras de empresas, las aceleradoras y los centros municipales de promoción de empleo? ¿Habéis acudido a ellos?

-María Ribate: Me parece muy interesante y positivo todo lo que sea promoción, apoyo e impulso al empleo, al emprendedor y al emprendizaje… Que surjan nuevas empresas alimenta el tejido empresarial y eso siempre es bueno para el crecimiento la economía y el desarrollo territorial.

-Óscar Villanueva: Me parece una iniciativa brutal para arrancar proyectos innovadores que de otro modo no tienen la madurez suficiente para ser invertidos por ‘venture capitals’ o ‘business angels’, que no tienen clientes y que por lo tanto no son interesantes para la inversión de ‘corporates’, con lo que es el pez que se muerde la cola. Sin estos sería imposible arrancar proyectos como el nuestro en donde hay mucha parte de hardware que requiere un capital inicial elevado.

-Zaloa Urrutikoetxea: Cuando tienes un socio con experiencia en emprender y en el negocio de internet como es Hispavista, no me ha hecho falta acudir a ninguna incubadora o aceleradora. Sin embargo, cuando volví de Argentina sí que pasé por un Behargintza, pero el asesoramiento estaba muy dirigido al comercio de calle, y a ayudar a hacer la documentación necesaria para conseguir la subvención de la Diputación. Por lo que un negocio digital y de volumen, que no fuera rentable a partir del segundo año, no encajaba mucho ahí.

-Iñaki Pertusa: Sí, desde antes de la constitución hemos estado apoyados tanto por Beaz (Diputación de Bizkaia) como por el Gobierno Vasco. Además, hemos sido elegidos como ganadores de dos concursos empresariales organizados por la Administración, siendo el Bind 4.0. el programa que más nos ha ayudado. Tanto desde un punto de vista formativo, con ponentes y mentores de primer nivel, como por el acceso a contratos con las grandes empresas industriales en Euskadi. Sin embargo, creo que la Administración tiene todavía un gran camino que recorrer en cuanto a la flexibilidad y efectividad de sus programas de ayuda al emprendimiento. Muchas veces nos hemos encontrado con rigideces normativas para acceder a ayudas que acaban generando muchos más problemas en cuanto a dedicación de tiempo y complejidades burocráticas de los que pretenden solucionar. La Administración debe superar su propia imagen como un ente de aprobación (y control) de las ayudas para verse como un socio más con el que desarrollar un proyecto empresarial. Dependiendo de la empresa y del equipo, a veces será necesario apoyar con dinero y otras veces será necesario otro tipo de ayudas. Ahora mismo la Administración no está preparada para tener esta flexibilidad, lo que le resta efectividad.

 

-¿Creéis que hay cultura emprendedora en Euskadi?

-M. R.: Sí que hay una cultura emprendedora pero también existe una animadversión al riesgo y todavía estamos lejos de otros países. Aún existe ese miedo al fracaso que viene ligado al hecho de que en el caso de que el proyecto no sea exitoso ya se ve muy mal, en vez de ver el aprendizaje que eso conlleva y la experiencia acumulada y valorar la iniciativa de la persona. Poco a poco eso está cambiando y cada vez se ven más personas que deciden apostar por sus proyectos, así como más apoyo tanto del sector público como del privado a las nuevas iniciativas.

-O. V.: Absolutamente sí. No obstante estoy seguro de que el hecho de estar en Euskadi nos ha permitido arrancar. Seguramente en otras partes de España o Europa hubiera sido más complicado.

-Z. U.: Creo que no. Yo soy de ir a eventos de emprendimiento y startups y después de tres o cuatro eventos ya conoces a todo el mundo, porque vamos los mismos. Creo que mucha gente ha empezado a emprender por necesidad más que por espíritu emprendedor.

-I. P.: En Euskadi tradicionalmente ha habido un gran impulso emprendedor. Todavía existe un gran dinamismo en la creación de empresas y divisiones que salen de otras empresas con proyectos más maduros. Pero, de nuevo, este perfil está lejos de la imagen de emprendedor de éxito que tenemos ahora y encaja más en la visión de empresario que ha sido muy denostada en los últimos años. En cuanto a los proyectos que nacen desde cero, la tasa de mortalidad es muy alta por definición. Se necesitan ecosistemas muy activos y con una masa crítica suficiente para que cristalicen. En Euskadi somos un mercado de dos millones, por lo que es necesario nacer con una vocación global.

 

-¿Ser joven es un handicap o una ventaja a la hora de emprender?

-M. R.: Tiene sus pros y sus contras. Por un lado cuando se es joven se tiene menos miedo, quizás, porque normalmente se tienen menos responsabilidades o se es más inconsciente. Por otra, este factor sin control también puede volverse en contra de uno, y se tiene menos experiencia acumulada por los años, que es un valor importante. De todas formas, no hay edad ideal para emprender, son más las ganas y el proyecto lo que cuenta.

-O. V.: Dependiendo de dónde arranques tu startup sí, desde el punto de vista cultural tampoco está bien visto que unos jóvenes emprendan, no te dan credibilidad y si fracasas en lugar de verlo como una experiencia positiva se quedan con lo negativo y son cosas que por ejemplo en USA no pasan, allí por defecto respetan mucho a los emprendedores.
-Z. U.: Me parece que la edad no es relevante como lo puede ser la actitud. Me gusta mucho la fórmula que utiliza el conferencista Victor Küppers cuando dice que lo que vales es (c+h)*a. Donde c son los conocimientos, h son las habilidades y a es la actitud. Es decir, los conocimientos y habilidades suman, pero la actitud multiplica. Con los años vamos adquiriendo más conocimientos y más habilidades, pero también nos suele costar más adaptarnos al cambio, y cuando estás emprendiendo se tiene que saber cambiar rápido el rumbo cuando se ve que las cosas no funcionan.

-I. P.: Ser joven permite dedicarle al proyecto una mayor energía y entusiasmo. Crear una empresa es un camino duro y que exige mucho sufrimiento y horas de trabajo. Por lo tanto creo que ayuda. Pero también creo que es necesario contar con cierta experiencia en el negocio y en el mercado al que te diriges porque si no, estás abocado a cometer muchos errores. La imagen que se vende continuamente de un recién salido de la universidad que monta una empresa y en unos años se hace rico es una gran mentira.

 

-¿Qué es lo más difícil, crear o mantener una empresa a flote?

-M. R.: Claramente, mantenerla.

-O. V.: Sin duda mantenerla, crearla es cuestión de unos pocos euros y una semana.

-Z. U.: Mantener la empresa a flote implica inexorablemente una necesidad de adaptarse al medio y diversificarse. Los modelos de negocio de este tipo implican volumen, por lo que es difícil seguir captando nuevos usuarios.

-I. P.: Crear una empresa es muy sencillo. No necesitas más que un capital mínimo para constituirla e ir a un notario. Lo difícil es crear un proyecto sostenible con una facturación recurrente que te permita crecer. Si consigues no morir en el intento de nacer, el siguiente gran reto en la gestión del crecimiento (ventas, equipo, etc.). Es ahí donde realmente comienzan las dificultades.

 

-Una vez embarcados en la aventura de emprender, ¿lo recomendaríais? ¿Qué ventajas y qué inconvenientes conlleva esta experiencia?

-M. R.: Si de verdad es lo que uno quiere lo recomiendo. Siempre se ve la parte romántica o más bonita de lanzar un proyecto en el que realmente crees pero ello también conlleva sacrificio y existen agobios, miedos, etc. Hay que estar dispuesto a luchar, pero estar haciéndolo por algo en lo que crees. Todo lo que se aprende en el camino merece la pena.

-O. V.: Por supuesto. Es una experiencia dura pero a la vez muy gratificante y que te hace crecer como persona y adquirir unos conocimientos que, de otro modo, no podrías adquirir. 100% recomendable.

-Z. U.: Las ventajas o inconvenientes son similares a los que puedes tener en un trabajo en relación de dependencia en el que tienes que conseguir unos objetivos, y esos objetivos a veces son más difíciles de conseguir y otras menos.

-I. P.: No. Creo que no hay que animar a alguien a emprender como no hay que animar a nadie a que tome un camino que no desea. El emprendimiento supone una continua gestión de la incertidumbre que es muy complicada a nivel profesional y personal. Por supuesto que el emprendimiento es un área crucial para la sociedad pero debe ser una iniciativa que salga de cada uno y nunca por una moda o porque existe un apoyo puntual de la Administración.