La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) será la encargada de liderar una de las ocho áreas temáticas en que se divide la iniciativa global sobre empleo decente, concretamente la de Juventud en la Economía Rural. «La pobreza y el hambre no pueden erradicarse sin abordar las condiciones inadecuadas y las oportunidades de empleo insuficientes que afectan a los jóvenes en todo el mundo, especialmente las mujeres y los que viven en las zonas rurales», afirmó Brave Ndisale, subdirector de la Divisón de Protección Social de la FAO.

Según este organismo, en muchas partes del mundo el empleo y las oportunidades laborales para los jóvenes siguen siendo limitadas, mal remuneradas y de mala calidad, en particular para los que viven en zonas rurales económicamente estancadas. La mayoría de los jóvenes rurales están empleados en la economía informal como trabajadores familiares, agricultores de subsistencia, microempresarios con su propio negocio casero o trabajadores no cualificados. «Por lo general, ganan salarios bajos, se emplean a través de acuerdos laborales eventuales o de temporada y se enfrentan a condiciones laborales inseguras, a menudo explotados, lo que obliga a muchos a emigrar a zonas urbanas o al extranjero», describe.

La FAO ha colocado la promoción del empleo rural decente como una de sus principales prioridades, y ha establecido un programa de trabajo específico dirigido a los jóvenes. Y es que, subraya, deben hacerse mayores esfuerzos para integrarles en las economías rurales, donde se necesita un relevo generacional, y promover así la seguridad alimentaria y medios de vida sostenibles.