Independizarse no es tarea fácil. Los jóvenes europeos abandonan el hogar familiar en torno a los 26 años, pero entre países hay múltiples diferencias. Mientras que suecos y daneses se independizan a los 21, los vascos no lo hacen hasta los 30, casi una década más tarde. Precisamente ese es uno de los datos que más llama la atención del informe elaborado anualmente por el Observatorio Vasco de la Juventud, ‘Aurrera Begira 2016. Indicadores de expectativas juveniles’, con el objetivo de conocer cómo percibe la juventud vasca el presente y cuáles son sus expectativas de futuro a corto plazo.
Este estudio, realizado en noviembre de 2016 a través de encuestas telefónicas a un total de 1.512 jóvenes de entre 15 y 29 años residentes en Euskadi, señala que tres de cada cuatro jóvenes de entre 15 y 29 años quieren emanciparse pero no pueden. El 41,4% de los encuestados que aún no viven por su cuenta ve «poco probable» independizarse a lo largo del próximo año, y el 34,8% «nada probable». Por territorios, los que peor expectativas conservan son los jóvenes de Bizkaia -el 80% no ve opciones de emancipación- seguidos por los alaveses (75,9%) y los guipuzcoanos (70,3%), pese a que casi la mitad de los consultados aseguran que su interés por vivir de forma independiente es máximo. Otro dato preocupante es que el 10% de quienes ya viven por su cuenta indica que podría verse obligado a hacer las maletas y regresar a la residencia familiar durante los próximos meses por dificultades económicas.

 

30 años es la edad media de emancipación de los jóvenes vascos

El paro, la precariedad laboral y el elevado coste de los alquileres o de la adquisición de una vivienda lastran estos planes y condicionan el futuro de los jóvenes. «Si la emancipación se retrasa mucho, la creación de familias se eterniza, se tienen menos hijos y el sistema de bienestar se resquebraja. Y alguien debe mantener una sociedad en la que cada vez se viven más años», alerta el director de Juventud del Gobierno vasco, Jon Redondo. La alerta sigue activa, ya que la remontada de la crisis aún es poco palpable y el paro juvenil en Euskadi supera actualmente el 28%.

 

El 41,4% de los jóvenes ve «poco probable» independizarse en un año y el 34,8%, «nada probable»

No obstante, los jóvenes vascos se muestran optimistas y aseguran que sus expectativas sociolaborales han mejorado respecto a años anteriores. En comparación con su situación en 2013, perciben un menor riesgo de pérdida o precarización del empleo, están más satisfechos con el entorno y su situación personal, mantienen entre sus prioridades la salud, la familia y las amistades y creen que su cualificación les permitirá dar un paso adelante a medio plazo.

Alquileres económicos

El director de Juventud del Gobierno vasco considera fundamental reducir la tasa de paro juvenil, aunque también reclama mejoras salariales y que el precio de las viviendas siga cayendo. En el mes de febrero, Lakua lanzó un plan de alquileres baratos para incentivar la emancipación de jóvenes de hasta 35 años ofreciéndoles la posibilidad de compartir piso por 125 euros mensuales durante tres años. Y es que hasta el 70% de los jóvenes deben recurrir a las viviendas compartidas para tener la oportunidad de salir del hogar familiar por primera vez. Los economistas recomiendan que la cuota de la hipoteca o del alquiler exceda el 30 % de la nómina, pero lo cierto es que en el caso de los jóvenes residentes en Euskadi alcanza hasta el 62 %. En 2008 tenían que destinar el 90 % de un salario a este fin, si bien en los últimos años ha ido reduciéndose a causa de la caída del precio de los pisos durante la crisis.