Los jóvenes franceses se han movilizado contra la reforma laboral del Gobierno de la República. El movimiento, denominado ‘Nuit debout’ (Noche en pie) tiene su epicentro en la plaza parisina de la República y se ha extendido a unas 200 ciudades. Las protestas han sido secundadas por sindicatos estudiantiles que ven en esta iniciativa un pretexto para la precariedad laboral.

Desde principios de marzo, miles de personas tomaron las calles del país durante las manifestaciones convocadas por las organizaciones estudiantiles y los principales sindicatos de trabajadores con el fin de protestar contra el proyecto laboral al considerar que atenta contra los derechos de los empleados y alimenta la precarización laboral.

El primer ministro Valls, consciente de la problemática, anunció esta semana un plan con once medidas valoradas entre 400 y 500 millones de euros anuales para atajar el descontento de los jóvenes. Este plan va encaminado a favorecer el acceso al empleo, la vivienda y la sanidad mediante concesión de becas y subsidios a los estudiantes más modestos y el aumento de las cotizaciones empresariales en los contratos temporales para fomentar los indefinidos.

La Unión Nacional de Estudiantes Franceses (UNEF) ha mostrado su satisfacción con las concesiones del Gobierno, a pesar de que su presidente mencionó tras la conclusión de la reunión que seguirán apoyando a los ‘indignados’ que se manifiestan en las plazas mostrando su desacuerdo con el proyecto de reforma laboral.  “No se trata de modificar la ley del trabajo que ha entrado en su etapa parlamentaria, se trata sobre todo de estar a la altura de la juventud”, declaró por su parte el primer ministro socialista.

Mientras, las cesiones a los jóvenes y las modificaciones en la reforma laboral están originando un fuerte malestar en la patronal francesa (Medef), una de las pocas instituciones que apoyó el texto inicial del proyecto de ley de reforma laboral. Junto con el Ejecutivo, también el Parlamento, donde el Gobierno no tiene mayoría absoluta, se dispone a suavizar la ley, que prevé facilitar los despidos y abaratarlos en aras de la competitividad.