¿Merece la pena hacer un doctorado? En este artículo tratamos de responder a esta pregunta atendiendo el contexto económico que vivimos y , sobre todo, la situación laboral.

A finales del mes de junio de 2013 la OCDE publicó un informe “Las Carreras de los Titulados de Doctorado: Análisis de los Indicadores del Mercado y de la Movilidad Laboral” (*) He aquí un breve resumen del estudio.

Los titulados constituyen una proporción relativamente pequeña de la población total, pero su importancia es apreciada ampliamente. Al haberse beneficiado de una formación en la investigación altamente especializada, y por haber contribuido de forma original a la ciencia, se espera que estos titulados jueguen un papel clave en la economía del conocimiento, porque están en una posición de impulsar avances en la ciencia, la tecnología y en el conocimiento en la sociedad.

La evidencia de esta contribución de los doctores a la ciencia, la innovación y la economía es de gran relevancia no solo para los que toman decisiones políticas y los gobiernos que financian la formación de este grupo de personas y soportan su integración en el sistema de innovación, pero también para empresarios prospectivos que buscan aptitudes para su fuerza laboral, y para las propias personas que están pensando si hacer un doctorado y seguir con la investigación o una carrera no relacionada con ella. Desafortunadamente, la evidencia es limitada y escasa debido, por ejemplo, al hecho de que las fuentes estadísticas estándar son típicamente demasiado pocas para producir resultados estadísticamente robustos para esta población.

Ha habido un incremento continuo del número de títulos de doctorado concedidos en toda la OCDE, y parece evidente que hay un plus sostenido para los titulados en el mercado de trabajo en comparación a otras personas altamente cualificadas, que obtuvieron su título en el año 2009, antes del impacto potencial de la crisis económica. En concreto, en la última década el aumento de titulaciones de doctorado en la OCDE ha crecido en un 38%, desde 154000 nuevos doctorados hasta 213000 en 2009.

Sin embargo, las tituladas femeninas y los más jóvenes muestran tasas de empleo relativamente peores, pero de forma menos marcada que para los titulados de grados inferiores. Son cada vez más comunes los empleos temporales en el mundo académico, pero es menos el caso en la empresa privada. Los de ciencias naturales y los ingenieros tienen más probabilidades de ser contratados para investigación, mientras los de ciencias sociales encuentran más oportunidades en otros empleos que la investigación.

Los titulados de doctorado en ciencias médicas y de la salud son en general mejor pagados. Los salarios son también más altos en el sector privado que en otros, pero hay excepciones. Los salarios de titulados en las ciencias de la agricultura y de humanidades están por debajo de la media en la mayoría de los países.

No hay una relación sólida entre la proporción de titulados de doctorado con empleo y la intensidad de I+D de un país. El mayor porcentaje de presencia de doctores en la fuerza laboral se da en Suiza, con cerca del 2,8%.

La movilidad laboral varía notablemente de un país a otro, y es más frecuente entre los doctorados que no trabajan en la investigación. A menudo la movilidad del sector privado al sector de la educación superior es más alta que al inverso. La movilidad internacional, igual que la migración de titulados de doctorado, ha crecido en toda la década y es muy común. Según datos de 2009 de los países que los tienen disponibles, en promedio el 14% de los ciudadanos con doctorado se han movido al exterior en  los 10 años anteriores. Esta estimación es baja porque no tiene en cuenta los que actualmente están fuera y podrían no volver. Las personas que viven en países que disponen de organizaciones de investigación líderes en el mundo, pueden sentir menos necesidad de salir fuera. También hay un número de obstáculos que pueden explicar esa baja tasa de movilidad, tales como costos económicos y personales, diferencias en lenguas, y la falta de incentivos. El destino principal es Europa y dentro de Europa los países preferidos son Francia, Alemania y el Reino Unido. Los EEUU están entre los 3 primeros países del mundo.

Al menos el 60% de los que han vuelto han estado fuera tan solo una vez en diez años en el periodo considerado. Sin embargo en España y algunos países de Europa Oriental un 30% han estado fuera dos y hasta cuatro veces. La duración de las estancias es más heterogénea. En general al menos el 30% han pasado menos que un año fuera en diez años. En la mitad de los países al menos el 20% han estado fuera uno o dos años, pero en España y Portugal al menos un 30% se han movido por una duración acumulativa comprendida entre dos y menos de cinco años.

Hay básicamente tres motivos para la movilidad internacional: factores académicos, factores laborales o económicos, y razones familiares o personales. Su importancia no es la misma dependiendo de si la movilidad es hacía el interior o hacía el exterior. Los factores académicos intervienen en la decisión del 43,9% de los doctores que tienen la intención de salir al exterior el próximo año, otros factores relacionados con el empleo o de carácter económico intervienen en un 30,9%, y las razones familiares o personales en un 15%. Para los que vuelven, los porcentajes equivalentes son respectivamente 27,5%, 23,6% y 20,6%. Hay por supuesto diferencias entre los países y las razones académicas parecen jugar un papel importante en la decisión de salir fuera para los doctores de Portugal (64,1%), Turquía (57,1%) y España (54,1%).

Aunque no estén en la investigación, los empleos están en la mayoría de los casos relacionados con el tema de la titulación doctoral y los titulados están satisfechos con su situación laboral. Hay un rango amplio de factores monetarios y no monetarios que contribuyen a explicar el atractivo de las carreras de investigación. Los grados de satisfacción en aspectos distintos al salario son en particular altos para personas trabajando en la investigación.

La proporción de los doctores que trabajan en puestos de trabajo que se relacionan con su grado de doctorado varía mucho en las economías. Por ejemplo, mientras en algunos países como Portugal, Rusia, Hungría, etc., el 95% de los doctorados trabajan en puestos relacionados al menos en parte con su título, no es el caso para España, Bélgica, Países Bajos, etc., donde entre el 15% y el 30% observan que su empleo no está relacionado con su campo de especialización.  Las personas que vayan a progresar en su carrera pueden cambiar a un rango más amplio de temas, funciones o puestos administrativos o de dirección. Los datos indican que son en mayor proporción los jóvenes doctores que ocupan puestos relacionados con sus títulos.

 

(*) “Careers of Doctorate Holders: Analysis of Labour Market and Mobility

Indicators”, Auriol, L., M. Misu and R. A. Freeman (2013), OECD Science, Technology and Industry Working Papers, 2013/04, OECD Publishing.