En los últimos años el país latinoamericano ha ido tejiendo los mimbres para asegurarse un porvenir más progresista. En la actualidad, debe hacer frente a una encrucijada histórica, que alberga entre diferentes asuntos, el proceso de paz y los problemas de inserción laboral de su población joven. El futuro de la tercera economía de América Latina que más crece desde hace tres años -al 4,9% del PIB anual-, depende en gran medida del éxito a la hora de resolver estos dos problemas. Es preciso resaltar la entrega y el ahínco que están poniendo algunas instituciones del Gobierno Nacional y, las organizaciones de la sociedad civil por luchar por un ‘mañana mejor’ para los jóvenes colombianos.

La paz es indispensable para atajar los problemas de la juventud, entre ellos, el desempleo. Es la piedra angular para la prosperidad del país, hay datos que demuestran que la violencia supone un gran coste que está lastrando el futuro de los jóvenes. Según un artículo de Elizabeth Reyes publicado en ‘El País’: «Colombia ganaría una década de crecimiento si firma la paz». La periodista asegura que a los costos económicos hay que sumar los sociales en especial, el cansancio físico y mental. Hay que asumir que la reconciliación será un largo proceso en el que será necesaria la generosidad de todos. Un 60% de la población apoya una salida negociada del conflicto, según una encuesta que encargó el Gobierno en 2013.

Es un conflicto que deja unas 220.000 víctimas, un largo periodo de sufrimiento que ha truncado muchos proyectos de todo tipo. La juventud desea el sosiego de una paz estable y duradera que garantice un futuro de oportunidades.

El desempleo juvenil

Colombia debe afrontar una dura realidad según un artículo de ‘La Vanguardia Liberal’. Jóvenes cada vez con más educación pero con menos oportunidades. Según un grupo de expertos reunidos con motivo del Día Mundial de la Población pusieron especial énfasis en la necesidad de afianzar las políticas públicas y la inversión en la juventud en el próximo Plan de Desarrollo. Debe ser una prioridad gubernamental según el citado grupo. La economía colombiana se encuentra en fase de expansión en algunos sectores estratégicos como la agricultura, las manufacturas y el turismo de salud, pero corre el riesgo de ir a dos velocidades si no incorpora a las nuevas generación dentro de los aparatos productivos del país. La desigualdad queda patente sobre todo en las zonas rurales, donde el índice de pobreza juvenil alcanza el 60%.

Según datos oficiales del Departamento Administrativo de Estadística, Colombia tiene 13 millones de jóvenes que representan el 26% de su población total. El dato es claro. De cada 4 personas 1 es joven, este es un fiel reflejo del peso demográfico y la importancia de este sector de población. Es vital atender a las necesidades de los jóvenes y darles mayor facilidad en su acceso al primer empleo para garantizar el devenir del país cafetero. La UNFPA, el Fondo de Población de Naciones Unidas afirma que la clave reside actualmente en la mejora de competencias y ‘empleabilidad’ de los jóvenes, y la necesidad de que las propias empresas asuman el compromiso social de incorporarlos y formarlos. Este organismo incide también, en el riesgo que supone una población envejecida debido a su carga económica. Además, Ernesto Rodríguez, director del Centro Latinoamericano de Juventud, advierte: «Estamos desperdiciando, con la exclusión juvenil, un potencial que podría ser central para el desarrollo de nuestros países, en tanto estamos dejando por fuera a la generación más y mejor calificada de toda la historia, ahí radica el principal costo de lo que estamos haciendo».

El desempleo juvenil en Colombia alcanza el 16%, un dato que se ha logrado reducir en los últimos años gracias a la labor conjunta tanto del Gobierno como de las Organizaciones Civiles. No obstante no cesan en su empeño por combatirlo. Como refleja un artículo de la edición digital de ‘KienyKe’, el gran problema de Colombia es el 19% de jóvenes en paro -2.383.400 en total- que ni estudian ni trabajan en estos momentos, cuyas principales causas son la violencia y el embarazo adolescente. Una parte de la juventud que espera con anhelo su primera oportunidad en el mercado laboral tras cursar unos estudios. Esta primera experiencia en el laboral en Colombia ha venido de la mano de la Ley de Primer Empleo, una iniciativa esperanzadora, aunque ha atravesado unas dificultades a la hora de aplicarla. No ha conseguido llegar a las cifras iniciales elaboradas en su propósito inicial.

Organizaciones y proyectos

Por todo lo expuesto anteriormente, destacamos cómo está trabajando el Gobierno que ha puesto en funcionamiento un ambicioso programa ‘Colombia Joven’ que lidera algunos proyectos con el fin de fomentar el empleo juvenil. Asimismo, organizaciones como la ‘Fundación Mi Sangre’ en Medellín y ‘Barranquilla +20’ están realizando una incansable labor por mejorar el futuro y las condiciones de vida de la juventud. Todos estos agentes han demostrado y demuestran un fuerte compromiso por la juventud del país.

Desde el proyecto Pegasus hemos querido resaltar esta experiencia de Colombia por su compromiso y contribución en busca de soluciones viables al problema del desempleo juvenil. Pegasus es la campaña que hemos puesto en marcha para conseguir que Naciones Unidas proclame la Década de Empleo Juvenil con el fin de lograr un futuro mejor para los jóvenes de Colombia y el resto del mundo.