Para la más de la mitad de la juventud vasca que trabajan en Euskadi, un 56%, perciben «mucho o bastante» riesgo de perder su puesto de trabajo o de que empeoren sus condicionales laborales en el plazo de un año. Es uno de los datos más relevantes que se desprenden del estudio Aurrera Begira, una investigación que realiza anualmente el Observatorio Vasco de la Juventud y que este año llega a su tercera edición. Se trata de un estudio cuyo principal objetivo es conocer, mediante diez indicadores, cómo percibe la juventud de Euskadi el futuro a corto y medio plazo. Para ello se analizan sus expectativas haciendo hincapié en cuestiones clave como el empleo o la emancipación, y se elabora un índice de confianza en el futuro.

La encuesta, que fue realizada en noviembre del año pasado, sobre una muestra de 1.512 jóvenes de entre 15 y 29 años, presenta un panorama complejo a la luz de otra importante cifra, la del 71% de jóvenes que admite estar en paro y que confía encontrar un empleo a lo largo de 2016. Es decir, mientras la mayor parte de los jóvenes con trabajo temen quedarse sin trabajo o que este se precarice, quienes afirman no tenerlo, creen que dejarán de ser desempleados.

Emancipación truncada

Aunque los jóvenes se muestran más optimistas con la situación de los jóvenes, un 54% cree que que ha mejorado con respecto a hace cinco años y un 65,4% confía en que esta tendencia se mantendrá los próximos cinco años, los indicadores encuentran su contrapunto en otra importante cuestión, la emancipación. Casi la mitad de la juventud (49%) cree que no podrá concretar sus proyectos de vida autónoma en el plazo de un año, bien porque no tendrá opción de dejar el hogar de los progenitores o, incluso, porque se verá obligado a retornar a la casa de sus padres.

Además, sobre las expectativas de «emigración forzosa» -tener que abandonar Euskadi porque no encuentran un empleo aquí- se mantiene en un 14% en 2015 el porcentaje de quienes prevén tener que emigrar forzosamente para encontrar un trabajo, frente al 16% de 2013.

La confianza en las capacidades de la juventud es un indicador que mide la opinión que la juventud tiene sobre sí misma en lo que se refiere a las siguientes cualidades para afrontar dificultades: ser trabajadora, responsable, formada, participativa, emprendedora, idealista y autónoma. En una escala de 0 a 100 la juventud vasca alcanza 75 puntos, aumentando 10 puntos respecto al valor de 2013 (66). Al opinar sobre la juventud como colectivo, la característica más destacada por las propias personas jóvenes es su formación y cualificación.

La valoración media en relación a cuestiones como vivienda, tiempo libre, amistades o relaciones y familia, la puntuación media es de 81 puntos sobre cien, lo que supone un ligero aumento respecto a 2014 (80) y 2013 (78). Los aspectos con los que la juventud vasca se muestra más satisfecha son la familia (90 puntos), la salud (88 puntos), las amistades (86 puntos) y la vivienda en la que residen (también 86 puntos).