4 de cada 10 ciudadanos sufre de este síntoma

El adiós a las vacaciones y la reincorporación al trabajo supone un problema para muchos empleados. A este regreso a la rutina se le conoce como síndrome o depresión postvacacional. Se denomina síndrome a la sensación de falta de energía, la desmotivación o la tristeza que sufren algunos trabajadores al reincorporarse al trabajo después de un período de vacaciones. Se trata, en definitiva, de una ruptura en el proceso de adaptación o transición entre el tiempo de ocio y descanso generado por las vacaciones.

Entre los síntomas más comunes destacan la falta de apetito, somnolencia, falta de concentración, taquicardia, dolores musculares, nerviosismo, insomnio o irritabilidad. En España, el 41% de los trabajadores sufrirá de este malestar en los próximos días. El otro 59% restante, si bien no padecerá un cuadro de depresión, sí podrá experimentar fatiga y estrés vinculados a la correcta inadaptación al trabajo. Así lo revela el estudio de Lee Hech Harrison, división del Grupo Adecco a través de una encuesta a más de 1.000 trabajadores españoles.

Esta manifestación es característica de los países en los que es habitual que los trabajadores disfruten de largos periodos vacacionales, como en los meses de verano. Los más propensos son los trabajadores que tienen menor tolerancia a la frustración, los menos resilientes, los que disfrutan de unas largas vacaciones y los que vuelven a un entorno laboral hostil.

Existen casos extremos en los que el trabajador puede experimentar ataques de ansiedad, dolor de cabeza o malestar general, aunque afectan a una minoría. En cuanto a la duración, los casos más leves reflejan dificultades durante 2 o 3 días. Sin embargo, es habitual que los síntomas se alarguen hasta las dos semanas. Los casos más extremos podrían durar meses.

Prevención

Aunque parezca curioso, este ‘trance’ se puede prevenir en la mayoría de los casos. Entre las propuestas para facilitar el periodo de adaptación se encuentran: retomar el horario de sueño habitual unos días antes, no volviendo del lugar de vacaciones el día anterior al comienzo del trabajo o dividiendo los días de vacaciones para no acumular largos periodos.

Pero si ya se padece el síndrome se puede combatir levantándose algo más temprano de lo habitual, retomando el trabajo de forma gradual, realizando actividades saludables y adoptando una actitud positiva. Asimismo, este problema puede solventarse fácilmente siempre y cuando el trabajador afectado tenga fuerza de voluntad.

Además se puede recurrir a algunos trucos como el hacer deporte y llevar una buena alimentación. No obstante, lo más importante es centrar toda la atención en los aspectos positivos, como las relaciones con los compañeros o todo aquello que pueda generar ilusión y motivación.