El pasado fin de semana se celebró en La Habana el X Congreso de la Juventud organizado por la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC). En el evento, se hablaron de diversos temas que afectan directamente a los jóvenes de la isla. Entre los asuntos más debatidos estuvieron los relacionados con el uso de las nuevas tecnologías, la formación de valores y el empleo juvenil.

En lo que respecta al mundo laboral, los jóvenes hablaron de sus inquietudes vinculadas a la productividad de las entidades, la motivación laboral y la correspondencia del salario con la tarea realizada. Un asunto de capital importancia debido a que la mayoría de los cubanos que deciden salir de la isla son principalmente jóvenes que quieren buscar una mejor oportunidad fuera de la mayor de las Antillas.

Sin duda, los últimos herederos de la revolución de 1959 tienen ante sí uno de los retos más grandes para Cuba en décadas. ¿Cómo afrontar los nuevos aires aperturistas? ¿Qué límites tendrán ante este nuevo escenario? Y sobre todo, ¿Cómo les afectará en sus nuevas vidas?

Son preguntas de difícil respuesta. La apertura se está produciendo paulatinamente, sin prisas. Primero fueron medidas de carácter económico, ahora gestos políticos con los Estados Unidos y, lo más probable es que la última carta sean los derechos individuales en la isla. Pero para los jóvenes cubanos de a pie tampoco todo este revuelo diplomático está afectando a mejor sus vidas. Si bien es cierto que la llegada hace unos años de los ‘cuentapropistas’ liberó algunos oficios, la gran mayoría sigue dependiendo del gobierno. Uno puede ejercer de médico a las mañanas y por las tardes otro trabajo que complete un salario que en muchos casos es básico.

Otros problemas endémicos que ha tenido la isla persisten a pesar del ‘deshielo’. Salarios insuficientes, comida escasa y cara, transporte ineficiente y mucha burocracia. Pero, gracias al poder Ejecutivo del mandatario de los Estados Unidos, el turismo comienza a crecer debido al aumento de la frecuencia de vuelos y que, los cruceros empiezan planear atracar en los puertos cubanos, principalmente en la capital habanera.

Es, a través del turismo y todas las secuelas económicas que pueda acarrear donde los jóvenes cubanos tiene una oportunidad laboral que completen el salario que ya perciben por sus funciones. Además del empleo, los habaneros más pudientes ya comienzan a disfrutar de las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías, como el wifi.

En conclusión, a día de hoy los jóvenes cubanos tienen ante sí todo un reto. En primer lugar adaptarse al nuevo contexto en la isla que, tras más de medio siglo -donde todos los días han sido 26 de julio-, la situación empieza a cambiar para unos jóvenes con ganas de conocer el mundo. En segundo lugar, hacer de este nuevo marco una oportunidad para mejorar sus condiciones laborales en términos salariales y, en última instancia, adaptar los conocimientos de los jóvenes cubanos a un mundo global y competitivo. Los tiempos tan difíciles para Cuba, comienzan a dar sus últimos coletazos y, las nuevas generaciones tienen que ser los principales artífices del cambio y su posterior adaptación.