La start-up Andela fue fundada en 2014 para establecer un puente entre los líderes tecnológicos africanos y las empresas americanas del sector. A través de una formación, construyen equipos con los principales desarrolladores de África y así, superar la escasez de talento tecnológico.

 

Tolulope Komolafe es un joven nigeriano de 27 años que conoce bien lo que Andela ofrece. Cuando tuvo noticias por primera vez de esta iniciativa, reconoce que al principio era bastante escéptico. Demasiado bonito para ser verdad. Ahora, su sueño es abrir una empresa en África en el sector del software.

Como Komolafe, ha habido otros cientos de jóvenes que vieron en Andela la esperanza para poder formarse, poner en práctica sus conocimientos y dar el salto en solitario en el mundo empresarial. Y es que ésta aceleradora de start-up con base en Nueva York se está expandiendo entre las nuevas generaciones de África. Incluso, ha llamado la atención del mismo Mark Zuckeberg, fundador de Facebook.

Después de seis meses de capacitación remunerada, los empleados de Andela se convierten en miembros remotos de los equipos de desarrollo de software de las empresas. La lista actual de 112 clientes incluye Viacom, Mastercard Labs, GitHub y SeatGeek en los Estados Unidos, y clientes en otros 10 países.

Andela no sólo instruye con formación en persona, sino que 20,000 aspirantes a programadores en África han utilizado sus herramientas gratuitas de aprendizaje y capacitación en línea. Para el año 2024, Andela espera haber ayudado a 100.000 desarrolladores de software en África a encontrar trabajo, incluidos miles que trabajan para la propia compañía.

Hace poco, los planes de crecimiento de Andela obtuvieron un respaldo entusiasta de sus patrocinadores financieros, con una ronda de financiación de riesgo de 40 millones de dólares que eleva el total que la compañía ha recaudado a 80 millones.

Andela comenzó con un equipo fundador de seis, tres africanos, dos estadounidenses y un canadiense, y una clase de prueba inicial de cuatro estudiantes. Ahora emplea a 800 personas, y espera duplicar ese número el próximo año. Si bien tiene su sede en Nueva York y una pequeña oficina en San Francisco, el 90 por ciento de sus trabajadores se encuentran en África, con oficinas en Lagos; Nairobi, Kenia; y Kampala, Uganda.