La estancia del Rey Felipe VI, en aquellas fechas todavía Príncipe de Asturias, en la VI Edición de los Premios Novia Salcedo a la Excelencia en la Integración Profesional de los Jóvenes nos dejó frases muy destacadas que hacen referencia al Proyecto Pegasus y al empleo juvenil:

¿Y cuál es hoy la principal preocupación de los jóvenes y de toda nuestra sociedad? Claramente el desempleo, la falta de trabajo; un tema directamente relacionado con el foco de estos premios y de la fundación que nos ha reunido hoy en la capital vizcaína.Por eso este premio, ya en su 6ª edición, expresa bien el compromiso sólido de la Fundación Novia Salcedo, con la búsqueda efectiva de soluciones y de vías concretas para lograr el acceso de los jóvenes al mercado laboral.

Al tratarse de un problema lamentablemente tan grave y extendido, son numerosas las instancias, Administraciones y organizaciones en todo el mundo que se esfuerzan día a día para intentar solucionarlo. Pero, en esta oportunidad, quiero, naturalmente, subrayar vuestra labor específica —la de Noviasalcedo—, porque el desempleo y la integración laboral de los jóvenes son materias que conocéis muy bien y en las que lleváis muchos años trabajando con excelentes resultados. Aunque, como vosotros sabéis muy bien, lo que siempre ocupa y preocupa más es lo que todavía queda por hacer, más que contar y alabar los éxitos.

Hay que tener en cuenta mucho más a los jóvenes, obviamente por lo que representan para el futuro, pero también por sus capacidades, frescura, y flexibilidad, para ayudarles y animarles a ser mejores que nosotros. Al fin y al cabo una sociedad que no da esperanza a los jóvenes, que esperanza puede tener en si misma. Pero, no por ello podemos dejar de lado a los que no lo son –o no lo son tanto−, como por ejemplo a los desempleados de larga duración, que son los que más dificultades arrastran, con más cargas a cuestas y menor capacidad de adaptación o flexibilidad. Por eso, es preciso que al mismo tiempo, tengamos siempre presente la dimensión social y humana de un problema que afecta a hombres y mujeres de todas las edades, sin desconocer nunca el funcionamiento de un sistema económico y productivo que debe estar, finalmente, al servicio de las personas

Habéis abordado estos retos con una visión cooperativa y participativa y desde una perspectiva sólida, tanto teórica como práctica. Para ello habéis hecho estudios importantes, habéis puesto en marcha diversos proyectos y actividades, e incentivado también que otras entidades contribuyan a afrontarlo, como lo demuestran estos mismos galardones.

En esta labor, vuestro enfoque ha sido sobre un aspecto clave —la integración profesional de los jóvenes desde la perspectiva formativa—, incorporando, asimismo, una visión internacional muy necesaria; porque se trata, efectivamente, de un problema global.

En este sentido, quiero felicitaros particularmente por vuestro Proyecto Pegasus; una iniciativa que tiene como objetivo situar el empleo juvenil en la Agenda Global del Desarrollo Humano, y que merece todo el apoyo.

El empleo y la formación son cuestiones que todos reconocemos como fundamentales para el bienestar y el progreso de cualquier sociedad. No cabe duda de que, apoyándonos en una mejor formación, hay que –sobre todo− mejorar la empleabilidad de los trabajadores, para facilitar así su acceso y también su permanencia en el mercado de trabajo. Tampoco la hay de que debemos impulsar más la educación y dentro de ella valores y capacidades como el emprendimiento, la creatividad y la innovación, la confianza y la autoestima, la motivación y el altruismo.

Y estamos convencidos, así mismo, de que hay que tener en cuenta mucho más a los jóvenes, obviamente por lo que representan para el futuro, pero también por sus capacidades, frescura, y flexibilidad, para ayudarles y animarles a ser mejores que nosotros. Al fin y al cabo una sociedad que no da esperanza a los jóvenes, que esperanza puede tener en sí misma.