Tres jóvenes relatan cómo encontraron trabajo con una formación educativa diferente a la que estudiaron al egresar del Bachillerato

En España, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística, uno de cada cinco desempleados son menores de 25 años. Frente a esto, el presidente Pedro Sánchez ha anunciado un plan de choque que «estará listo antes de fin de año». Quedan pocos días para que el año termine, y aún se desconocen los detalles de esta medida.

En la Comunidad Autónoma del País Vasco, más de 42.000 estudiantes se suman a la Formación Profesional, una alternativa educativa que coge fuerza, y que el último año ha crecido en número de alumnos, enfocados en los ciclos industriales.

Otra de las modalidades de este curso, que tiene bastante aceptación en las empresas vascas, es la FP Dual. Se trata de una especialidad que combina la formación en el aula con el trabajo; el 96,2% de los titulados fueron contratados al día siguiente de finalizar sus estudios, según datos del Gobierno vasco.

En esta línea se cruza la historia personal de Begoña, Zigor y Marta. Tres estudiantes que, pese a las dificultades que supone asomar la cabeza al mercado laboral, nunca se dieron por vencidos. Gracias a su tesón, los tres consiguieron reconducir sus estudios para acceder a un puesto de trabajo aventurándose a esta oferta educativa.


Marta Acuña:

«El sector mecanizado está ocupado en su totalidad por hombres, por eso pensé que sería un hándicap para mi»

Marta Acuña tiene 38 años, y lleva año y medio trabajando en Decoletaje y Fijación, una empresa industrial dedicada a realizar piezas decoletadas y mecanización seriada. Marta es licenciada en Ciencias Geológicas y tiene un Máster en Recursos Geológicos y Geotecnia, además de otros estudios que incrementó con el tiempo para encontrar más oportunidades en esa especialidad.

Desafortunadamente, a pesar de la amplia formación que sumó a su carrera, no consiguió un empleo como geóloga. De aquí que su futuro profesional tomara otro rumbo al que imaginó cuando egresó de la universidad. Un camino que como cuenta «ha sido duro». «En el campo de la geología, de por sí la oferta de trabajo no es tan extensa como en otros, a lo cual se añadió el efecto negativo que supuso la crisis en el sector de la construcción poco después de que me licenciase. Dentro de las pocas ofertas de trabajo que se publicaban las posibilidades de encontrar empleo eran nulas», narra.

Aparte de la poca demanda, Marta se enfrentó a la exigencia de las empresas por una titulación reciente y con experiencia en el sector. Una suma de factores a los que se encontraba descartada, y que le «cerraba las puertas e imposibilitaba a entrar en el mercado laboral para el cual había invertido varios años».

Continuaba con otro tipo de empleos, y agregando cursillos en geología. Pero, finalmente, muy a su pesar decidió «tirar la toalla» y cambiar totalmente de dirección. «Estaba muy cansada y desmoralizada de ir de un trabajo precario a otro (dependienta, comercial, teleoperadora, etc.)», recuerda. Esa fue una de las razones por las que se animó en un curso de Formación Profesional y se graduó como técnico en Mecanizado y técnico en Programación de Producción en Fabricación Mecánica.

Este cambio supuso abrir una puerta, pero con otra llave. «El sector en el que decidí formarme está ocupado prácticamente en su totalidad por hombres y pensé que esto podría suponer un hándicap para mí», explica. Este giro no resultó tan difícil como imaginó, ya que sin haber acabado el curso de formación, consiguió un empleo rápidamente. «Me hicieron un contrato de trabajo en la empresa donde realicé mis prácticas (Decoletaje y Fijación) y nada más terminar las mismas me hicieron una oferta de trabajo que acepté». Aunque no haya sido algo por vocación, esta nueva ruta ha significado un acierto para ella.

-¿Animarías a que los jóvenes se formen pensando en el mercado laboral?

-«Siempre he pensado que hay que estudiar algo que te guste, pero viéndolo desde mi experiencia, pienso que dentro de las cosas que te gusten es mejor centrarse en aquello que pueda abrirte más puertas en un futuro», puntualiza.


Zigor Astorquiza:

«Elijan algo que les guste, pero también fijándose si tiene salida en el mercado laboral»

Cuando Zigor Astorquiza salió del Bachillerato no tuvo dudas, tenía claro que empezaría un curso de Formación Profesional en Informática. Con el tiempo el camino para conseguir un empleo en lo que había estudiado resultó largo y complicado, por lo que tuvo que apañarse con trabajos en el sector de hostelería. «Las ofertas que encontraba relacionadas con la informática eran muy escasas y en la mayoría pedían varios años de experiencia, con lo cual mis posibilidades de trabajar en esta rama eran limitadas», cuenta.

Astorquiza no bajó los brazos y tras las pocas opciones de un empleo estable, decidió formarse en algo que tuviera más salida laboral. «Al principio pensaba que era tarde para reconducir mis estudios, pero una vez que empecé me di cuenta de que nunca es tarde y que fue una buena decisión».

Ya en el curso de Formación Profesional en Programación de Producción en Fabricación Mecánica, y sin haber concluido los estudios, encontró un puesto en Decoletaje y Fijación, la misma empresa donde trabaja Marta, gracias al sistema Dual que incluye esta oferta educativa.

Para Zigor, «al día de hoy es uno de los sectores con mayor salida laboral, tanto para los hombres como para las mujeres». Ahora, con 31 años, Zigor anima a los jóvenes que enfoquen bien sus estudios, «que elijan algo que les guste, pero también que se fijen en si esos estudios tienen salida en el mercado laboral».


Begoña Mentxaka:

«El mecanizado es un sector también para mujeres»

Begoña Mentxaka hizo la carrera superior de Ingeniería Química y realizó sus prácticas en la antigua central térmica de Santurtzi de Iberdrola. Fue el primer contacto con algo que realmente le gustaba, pero justo en ese año empezaban con el desmantelamiento de la central.

Tras eso no tuvo suerte como ingeniera química. «Cuando acabé la carrera tuve la oportunidad de trabajar en una empresa de montaje de andamios, lo compaginé con un Máster superior en Prevención de Riesgos Laborales y trabajé tres años». Tras esos años de trabajo consideró cambiar de sector, ya que «como técnica de prevención de riesgos suponía mucha responsabilidad y más tratándose de una empresa de montaje de andamios».

«Buscaba empleos relacionados con la ingeniería química pero no encontraba nada. Así que no me quedaba otra que seguir en la prevención. Hasta que me quedé en paro». Mientras repasaba las páginas de empleo, Begoña se dio cuenta que la mayoría eran relacionados con el mecanizado. No lo dudó, buscó un curso de seis meses en el INEM y se inscribió. «Para las prácticas me enviaron a una empresa que en el último momento no me cogió, me dijeron que estaba sobrecualificada para el puesto. Se cerró el plazo para las prácticas y los profesores no me pudieron meter en otra empresa. Tuve mala suerte», lamenta.

Sin embargo, Begoña ya había encontrado otra pasión que le supondría más sacrificios en el camino: estaba inscrita en un grado superior de Programación de producción en procesos de mecanización. «Para mí ha sido complicado empezar prácticamente de cero, si hubiese logrado trabajo después del curso del INEM quizás no. Pero al tener que empezar un grado superior, volver a estudiar 2 años más… se hace largo». Begoña tiene ahora 33 años, tres de ellos trabajando en Decoletaje y Fijación, bajo el modelo Dual.

-¿Hay más opciones en el sector industrial?
-«Creo que es uno de lo sectores donde más oportunidades hay, yo estoy aquí porque en los empleos que buscaba es de lo que más había».
-También para mujeres…
-«Sin duda que es un sector también para mujeres. Una mujer está igual de capacitada que un hombre para poder trabajar en este sector».
-¿Animarías a que los jóvenes se formen pensando en el mercado laboral?
-«Creo que lo más importante es estudiar lo que a uno más le gusta y más le llena, independientemente de si tiene pocas o muchas salidas esa carrera. Porque aunque tenga pocas salidas puede que seas muy bueno en ello o que estés en el momento y en el lugar adecuado, o que luches mucho hasta conseguir un empleo de ello. Pero si empiezas unos estudios pensando en sus salidas y no te gusta nada, puede que acabes hasta dejándolos. Así que lo importante es estudiar lo que te gusta y si ya tiene salidas… pues eso que llevas de ventaja».


«La mayoría de los empleados proceden de ciclos formativos de grado medio»

Parte del equipo de trabajo, junto al director de Decoletaje y Fijación, Oskar Amaro.

El director general de la empresa Decoletaje y Fijación, Oskar Amaro, se enorgullece al reconocer que la plantilla se ha incrementado notablemente desde el año 2015. Y es que prácticamente se ha duplicado. Si a diciembre de 2014 eran 46 personas, ahora cuentan con 94 empleados. Sin embargo, el porcentaje de mujeres en su empresa no ha crecido, solo 13 son mujeres.
Entre los perfiles que más precisan en la compañía que dirige destaca el de tornero-fresador. La mayoría proceden de ciclos formativos de Grado Medio en Mecanizado y de Grado Superior en Programación de la producción en fabricación mecánica.