Aunque no era la primera vez que tomaba el autobús sola a Bilbao, sí que era la primera vez que tenía que “buscarse la vida” para llegar a Santutxu, viajar en metro, consultar el mapa, preguntar a la gente y seguir su instinto. Y lo hizo. Iranzu Oria llegó a la redacción del periódico ‘El Nervión’, una publicación gratuita que se distribuye de lunes a viernes en las principales bocas de metro de la ciudad, para pasar una jornada viendo cómo es el día a día de un periodista en un diario de información general.

“Yo quería ver el mundo del periodismo con mis propios ojos, saciar mi curiosidad por una profesión a la que he visto en películas y series, pero de la que prácticamente no sabía nada”, apunta esta estudiante de primero de Bachiller, que con 16 años no termina de ver con nitidez lo que quiere. Aunque eso sí, tiene muy claro lo que no quiere: estudiar periodismo.

Iranzu se apuntó a Lanaldi, una iniciativa de la Fundación Novia Salcedo para que los estudiantes de 1º de Bachiller conozcan algunos aspectos de diferentes sectores empresariales a través de una experiencia con un profesional en activo, animada por su madre y otros compañeros, que como ella, se han decantado por la rama de Humanidades. Y la experiencia la ha vivido de manera muy positiva. Acompañando a los redactores durante un día, Iranzu descubrió que el periodismo puede llegar a ser un oficio “muy sedentario”, pero también se aproximó a una profesión exigente, que requiere “concentración, silencio y rapidez”, detalla.

El futuro le baraja diferentes alternativas a esta joven mientras pasa las horas preparando los exámenes en el Instituto Oianguren de Ordizia y lanza miradas furtivas al móvil. Y de momento lo que más “le tira” es Trabajo Social, una profesión a la que califica de enorme valor social, activa, con múltiples salidas laborales y con un alto potencial para incidir en la vida de las personas.

Empresas

En la otra cara de la moneda de las experiencias de Lanaldi se encuentra Elena Vaquerizas, propietaria de Tresportalla, una empresa dedicada a la representación de marcas de ropa y complementos en la zona del País Vasco, Cantabria, La Rioja y Aragón. Para Elena, esta iniciativa es tan importante para los jóvenes, que se ha animado a repetir. Por su empresa han pasado Bruno y Miren, dos estudiantes del Colegio Americano interesados en continuar con Empresariales, con los que ha compartido los retos de emprender, así como las dificultades y las recompensas que supone empezar un negocio por cuenta propia.

Además, Elena les llevó a las instalaciones de Laga, una compañía vasca, en la que su director explicó a los estudiantes algunos de los entresijos más técnicos del sector de la moda. “Bruno y Miren estudian en un centro educativo que te abre muchas puertas y están aprovechando esa oportunidad. Los dos están muy centrados en los estudios y contemplando la posibilidad de continuar con su formación fuera del país, en Europa o Estados Unidos. Conocer algunos aspectos de una empresa como Tresportalla o Laga ha sumado a ese equipaje de vivencias y aprendizajes que ya traen de casa y del colegio”, valora Elena, positiva siempre con experiencias como la de Lanaldi para ayudar a los jóvenes a ver su futuro laboral menos borroso.