Por definición, el voluntariado consiste en unirse libremente a un grupo de personas de forma desinteresada y altruista para trabajar en fines benéficos, pero últimamente se ha convertido en una gran opción para muchos jóvenes que aún no han accedido al mercado laboral. Y, a pesar de que tiene un papel ambiguo, ya que existe el riesgo de que ralentice la creación de empleo remunerado, puede ser un factor muy importante en la motivación de jóvenes en su camino hacia el empleo.

Existen numerosos estudios que demuestran el hecho de que las experiencias de voluntariado generan conocimiento, habilidades y competencias que en muchas ocasiones pasan desapercibidas. Por ejemplo, J. Wilson asegura en el ‘Annual Review of Sociology’ que «el 60% de las personas voluntarias que están en programas de voluntariado consideran que con ello van a mejorar sus estrategias de empleo y les va a permitir estar mejor informadas, adquirir hábitos laborales, responsabilidades, gestionar el tiempo…». A su vez, Dávila A. y M.T. Mora subrayan en el ‘Civic engagement and high school academic progress: Analysis using NELS data’ que «muchas personas que hoy trabajan como autónomas o han iniciado sus pequeños negocios, constatan que su paso por experiencias de voluntariado les ha ayudado en este proceso». Por último, una de las conclusiones del informe ‘Serving Country and Community: A Longitudinal Study of Service in AmeriCorps’ es que «el alumnado que durante su formación obligatoria y superior participó en programas de aprendizaje servicio, alcanzó mejores resultados académicos que el que no lo hizo».

De esta manera, el voluntariado se consolida como una de las mejores opciones de trabajo debido a que ofrece multitud de ventajas. Entre ellas, que facilita el contacto con otros profesionales de su sector, desarrolla capacidades como el trabajo en equipo y mejora la resolución de problemas superando las limitaciones y evitando que puedan aparecer en el futuro. Los voluntarios también adquieren dotes de liderazgo para guiar un equipo o proyecto y aumentan sus habilidades comunicativas, con lo que logran expresar mejor los conocimientos que poseen y cómo ponerlos en práctica.

Además, a través de actividades voluntarias, la oportunidad de obtener experiencia directa se multiplica, convirtiéndose en una excelente manera de desarrollar nuevas competencias, mejorar las actuales y poner en práctica todo aquello que se conoce. Pero, no solo aporta un valor añadido a las organizaciones e instituciones y las personas que lo realizan, sino que el voluntariado se ha convertido en un camino hacia la creación de nuevas profesiones y ramas de actividad, una vía para impulsar a los jóvenes hacia nuevos mercados y contribuir así al crecimiento de la economía.

Por estos y muchos más motivos, los voluntariados están muy bien valorados en las empresas, e incluso muchas de ellas ofrecen proyectos de Responsabilidad Social Corporativa (RSC o RSE) que fomentan esta fórmula como el inicio de la carrera profesional. En este marco, son muchas las firmas que optan por desarrollar programas o iniciativas que favorezcan la práctica del voluntariado, y un buen ejemplo es de ello es la empresa LinkedIn, la mayor red on-line de profesionales, que ha puesto al servicio de sus usuarios el “Volunteer Experience & Causes”, un campo que los miembros podrán activar en sus perfiles para dar a conocer su experiencia en trabajos voluntarios.

 

«Nuestra experiencia como monitores scout nos ha ayudado a trabajar de educadores infantiles»

Mikel Amorena (21) e Isabel López (20) son dos estudiantes de Magisterio en Educación Infantil y Primaria que, gracias a su experiencia de voluntariado, han encontrado un hueco en el mercado laboral. Su primera toma de contacto fue en un pequeño grupo Scout de su localidad. En él, se convirtieron en monitores de tiempo libre y comenzaron su andadura como educadores infantiles. Sus historias sirven de ejemplo para muchos jóvenes que también están buscando trabajo y carecen de experiencia profesional.

¿Cómo influyó el voluntariado a la hora de entrar en el mercado laboral?
M. Amorena: Ser monitor Scout, en mi caso, me ha ayudado mucho a la hora de desempeñar mi trabajo, porque desde el primer momento me puso en la tesitura de estar frente a los más pequeños. Como monitor he tenido que realizar las actividades con ellos y saber enfrentarme a los problemas que iban surgiendo, encontrando siempre una solución que sirviese a la vez de ejemplo directo para ellos. Para mí, fue una etapa de aprendizaje a la vez que los niños se divertían, y eso, durante mis clases, me fue de gran utilidad. Sabía cómo mantener su atención sin necesidad de ponerme serio, simplemente disfrutando de las clases con los pequeños.

I. López: Mi vivencia es muy parecida. Durante la carrera todos íbamos aprendiendo una serie de contenidos teóricos que nos ayudaban a desempeñar nuestras respectivas profesiones, pero a la hora de saltar a la acción, carecíamos de la experiencia necesaria. Por eso, ser monitora Scout me ha ayudado a ir adquiriendo una serie de conocimientos que, cuando me contrataron como profesora, pude incluir en mi método de enseñanza.

Antes de iniciar su carrera profesional, ¿incluyeron el voluntariado en su currículum?
I. López: La verdad es que sí. Al principio no sabía muy bien si podía añadirlo en la sección “experiencia profesional”, pero enseguida caí en la cuenta de que mi labor en el grupo scout era muy similar a la que iba a desempeñar en mi futuro como profesora. De hecho, cuando entregué mi currículum enseguida se dieron cuenta del dato y fue un punto a favor para que me escogieran.

M. Amorena: Yo también lo añadí en mi currículum. En mi opinión, cualquier voluntariado que realices es bueno tanto desde el punto de vista personal como laboral, ya que te aporta una serie de experiencias que son aplicables en el trabajo: compañerismo, trabajo en equipo, constancia, solidaridad…, y cabe la posibilidad de que el voluntariado tenga que ver con tu futuro puesto de trabajo, como ocurrió en nuestro caso, y eso ayuda mucho a la hora de desempeñarlo adecuadamente.

¿Recomiendan entonces el voluntariado a los jóvenes que no saben cómo obtener experiencia?
M. Amorena: Desde luego que es un buen comienzo. Además, aunque lo realices de forma altruista, obtienes una buena recompensa. Ganas una serie de conocimientos que de no haberlo realizado no tendrías, y eso a la hora de comenzar tu vida como profesional, es imprescindible.

I. López: Eso es. El voluntariado es una buena oportunidad para experimentar de primera mano las labores que desempeñarás en un futuro. Y está claro que las empresas cada vez buscan más esa diferencia a la hora de contratar.

 

 

«El voluntariado es una oportunidad perfecta de prepararse para el futuro»

Leyre Vilella (23) ha vivido una situación parecida. Hace un año, viajó a un campamento médico en Perú mientras cursaba el grado de Medicina. Durante su estancia allí, a través de turnos de urgencias y de consulta, se encargó de atender a todas aquellas personas que no podían permitirse una clínica privada. Leyre puso en práctica sus conocimientos y ganó experiencia extra que le ayudó a preparar su futuro como doctora.

¿Qué labores realizó durante su viaje a Perú?
L. Vilella: Como estudiante de medicina, tuve que poner en práctica todos mis conocimientos. Desde el primer momento tuve que ponerme en marcha, atendiendo urgencias y cuidando de todas aquellas personas que necesitaban nuestra ayuda. Además, en Perú, la sanidad no está tan avanzada como en nuestro país, y fue muy importante desarrollar alternativas a los tratamientos requeridos, pero contando con mucho menos material que en un hospital preparado.

¿Cómo influyeron esas labores de voluntaria en su vida profesional?
L. Vilella: Desde mi punto de vista, el tema sanitario en España está muy bien preparado, es decir, al año se gradúan cientos de jóvenes muy capacitados, que al igual que yo, han tenido que pasar por todos los cursos de formación que la universidad les proponía. La única cosa que nos diferencia es la experiencia que por nuestra cuenta hemos podido adquirir. El problema está en que sin ser residente o interno directamente, es casi imposible adquirir experiencia, a no ser que realices un voluntariado. Y ese es lo que hice, gracias a mi viaje a Perú puede ver de primera mano cómo es mi profesión, y viví una serie situaciones que me aportaron experiencia tanto personal como profesional. Por eso, creo que el voluntariado es una perfecta oportunidad de prepararse para el futuro.

¿Lo recomienda?
L. Vilella: No hay duda. Gracias a mi viaje, pude aprender muchas cosas que igual solamente estudiando no podía haber aprendido. Es una forma de poner en práctica todos los conocimientos que uno tenga, e ir comprobando y agrandando de alguna forma tu experiencia profesional. Además, lo bueno es que no hace falta irse lejos para ello, hay webs que proponen cientos de voluntariados al año y que pueden agrandar tu currículum como profesional.

¿Sus actividades como voluntaria forman parte de su currículum?
L. Vilella: Sí, siempre he pensado que es una bonita forma de ayudar a las personas y de paso crecer como profesional. Yo lo he añadido de forma que, de cara al futuro, se sepa que he vivido esa experiencia, y demostrar que me puedo desenvolver, y eso puede pasarle a otras personas que quieran obtener experiencia y no sepan cómo hacerlo.